martes, septiembre 27, 2005

El Pirata y la Díscola Princesa



Buenas noches D.Mario, ¿concedería Ud cinco minutos de su tiempo a un pobre loco? Permítame que ocupe esta silla junto a Ud . Muchas gracias, antes que nada quiero invitarle al mismo whisky que saboreaba Ud en el cabaret SEFINI esa noche en la bella ciudad de Montevideo. ¿Sabía Ud que ya no existe? Claro, como no, era de suponer.
Le pondré en antecedentes. Soy además de loco de atar, un Oficial de la Marina Mercante. Oficio que me permitió en su momento, conocer su país y a Ud y su obra.
Me encontraba hace poco tiempo en una larga fondeada en las costas de África, abatido por la soledad y la monotonía de la espera. El acceso a internet desde mi barco me dio la oportunidad (la misma que hace al ladrón) de internarme en un chat. La primera condición impuesta para entrar, era elegir un nick o alias y Yo elegí Bennedetti. Para no usurpar totalmente su apellido, cometí una falta de ortografía intencionada duplicando la ene. Me pregunta Ud por qué Bennedetti, quizá inconscientemente buscaba el encuentro con aquel amor perdido entre Durazno y Convención.
El caso es que mi nick llamo la atención y tuvo su éxito. Por mi privado pasaron mujeres de todas las edades, jóvenes, menos jóvenes, maduras, chilenas, argentinas, españolas, uruguayas (cómo no) y hasta una croata que pasaba por allí.
- Que si ¿como te llamas, Mario, no?
- Que si me recitas algo…..
- Hola, qué tal? me llamo Maribí...

Hasta que de pronto D. Mario apareció ante mi un poema suyo escrito en letras rojas

Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas
que comuniquen por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural pacífico.

Enseguida comenzamos a hablar, de lo cercano y de lo lejano, recuerde D. Mario que yo estaba en África y ella en España. De lo humano y de lo divino, yo ya le he dicho que soy un pobre loco y ella D. Mario, ella, es un ángel.

Y así D. Mario día tras día las conversaciones se sucedieron dejándome desarmado, rendido, enamorado. No le diré que caí a sus pies pero si que caí ante sus palabras escritas.
A partir de aquí, sus poesías me ayudaron a mantener la atención y el interés de la princesa. Rostro de Vos, Viceversa, Hagamos un trato, No te salves……y si hubiese podido hubiese seguido con todo el inventario 1 y tras este con el inventario 2.
Yo D. Mario que he sido capaz de hilar dos versos y hacer de ellos un modesto poema, encontraba que sus poesías habían sido escritas para mi uso personal. Eran capaces de expresar lo que ni tan siquiera yo era capaz de pensar que necesitaba decir.
Total D. Mario, que la princesa se mantuvo a la escucha durante un tiempo. Luego sus silencios se hicieron más largos, hasta quedar convertidos en SILENCIO.
Arrastrando tras de mi ya por siempre, el ultimo vestigio de mi perdida dignidad, le escribí enviándole un ultimo poema.

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo derrotando imposibles
segura sin seguro
te dejo frente al mar descifrándote
sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía
pero tampoco creas a pie juntillas todo
no creas nunca creas este falso abandono
estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos
estaré en un lejano horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra
estaré repartido en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
y ojalá pueda estar de tu sueño
en la red esperando tus ojos y mirándote.

No he recibido respuesta D. Mario, por eso abusando de su amabilidad y aprovechando esta oportunidad única que la vida me brinda, le pediría a Ud. que escribiera un poema, que sirviera de epitafio a este muerto por AMOR

Nigeria. Noviembre 2004

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Si yo fuera tu princesa (me gusta más sin díscola) te respondería con este poema de Salinas:

"NO TE DETENGAS NUNCA

No te detengas nunca
cuando quieras buscarme.
Si ves muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra o tiempo,
guardia de voces, pasa.
Te espero con un ser
que no espera a los otros:
en donde yo te espero
sólo tú cabes. Nadie
puede encontrarse
allí conmigo sino
el cuerpo que te lleva,
como un milagro, en vilo.
Intacto, inajenable,
un gran espacio blanco,
azul, en mí, no acepta
más que los vuelos tuyos,
los pasos de tus pies;
no se verán en él
otras huellas jamás.
Si alguna vez me miras
como preso encerrado,
detrás de puertas,
entre cosas ajenas,
piensa en las torres altas,
en las trémulas cimas
del árbol, arraigado.
las almas de las piedras
que abajo están sirviendo
aguardan en la punta
última de la torre.
Y ellos, pájaros, nubes,
no se engañan: dejando
que por abajo pisen
los hombres y los días,
se van arriba,
a la cima del árbol
al tope de la torre,
seguros de que allí,
en las fronteras últimas
de su ser terrenal
es donde se consuman
los amores alegres,
las solitarias citas
de la carne y las alas."

Muchos besos Capitán. Me alegra saber que no te quedarás parado al borde del camino, nunca lo dudé leyéndote (conociéndote).

Captain Blood dijo...

Iris: Con este poema por respuesta yo también borraría lo de díscola...

gracias por compartirlo.

Bicos

Anónimo dijo...

Y parece que fue ayer, ¿verdad?

Como esto:

Algún día te mostraré mi alma
Te mostraré mi alma alguna noche
ella patrulla toda la jornada
clavando penas en su maderamen
temblando en cada desembocadura
dejando algún adiós para el jilguero
y haciéndole preguntas a la tierra…


Moitos beixos, mi Pirata

Captain Blood dijo...

Mad: Ayer, hoy.... siempre....

Biquiños miña...

thirthe dijo...

me ha gustado mucho este post, largo y tierno.
un beso.

Captain Blood dijo...

Muralla: la verdad, es que dos semanas no parecen tanto si lo analizas con calma... pero contarlas desde aqui....uffffffff
Estoy deseando volver....

Bicos...

Captain Blood dijo...

Thirthe: Gracias por venir...sabes que eres muy bien recibida...

bicos dende...ah si, dende Nigeria...

Anónimo dijo...

Cuándo te mueres por amor...en realidad, no te mueres...te conviertes en un muerto viviente, con mas cerebro que los de las pelis, pero con una tristeza que sólo se nota en la especial manera que tenemos de arrastrar los pies; en la mirada,profunda y a veces, perdida; y en que, de vez en cuando, nos llevamos la mano al pecho y suspiramos profundamente...(esto último es casi imperceptible)
Y, fijate...continuamos de paseo por el mundo...pero ya entendemos...ya sabemos que es el amor...y también perderlo...
Ahora lo que te toca es buscarlo hasta encontrarlo de nuevo...
un abrazo

Anónimo dijo...

¿Y no volviste a saber de ella? Me ha resultado triste, pero... muy Benedetti, también (si es que hay algo que pueda ser "muy Benedetti"). La salida, de lo más elegante.

Y qué astuto: utilizar como nick Bennedetti... claro, así cualquiera :D

Captain Blood dijo...

Ana: puede haber muchas interpretaciones en mis historias. Puede que sean verdad o solamente el producto de mi imaginación.
Si la historia es real, ella ha escrito un libro, ha vuelto con su marido y vive feliz lejos de mí...¿Se acordará de este Pirata?
Si es simplemente producto de mi imaginación...pues nada una historia muy Benedetti, como Tú bien has dicho....


Bicos

Captain Blood dijo...

nadie: es lo que tiene el Amor...mata, pero cuando él se pierede, se muere, se desaparece...nuestro corazón vueleve a latir en el reencuentro.

Un abrazo desde Africa...

Anónimo dijo...

Hola canalla de los mares!
Cuanto tiempo sin saber de usted. Lo cierto es que lo tenía casi olvidado, perdido en el recuerdo de aquellas noches de frío, aquellas noches perdidas de las que le hablé en una ocasión cuando le preguntaba:
"¿Qué me has hecho? Ahora que empezaba a pensar en ti, te has ido. Me has embrujado o algo así. No sé que me pasa, pero hasta te echo de menos. Las noches ya no son lo mismo sin ti".
Pero no, nada de eso, el pirata regresó, y lo hizo endulzándole a la díscola princesa las noches más tristes de su vida.

D. Mario, le quiero contar: el pirata, no solo consiguió atraer la atención de la Princesa, consiguió que ésta cobrara vida, le dio fuerza y la hizo autónoma.
La atracción entre el pirata y la princesa a cada minuto, a cada hora, era cada vez más notable.

La Princesa, más díscola que nunca, se marchó. Más bien, convertida en un personaje de ficción, la Princesa desapareció. Sí, D. Mario, se esfumó dejando heridas a ambos lados del camino.
Me gustaría saber escribir, pero no para ofrecerle un EPITAFIO a un pirata desconsolado.

Mi querido Bennedetti, te has comido mis palabras con la expresión de las tuyas, como llegar a imaginar, esto que nos fuimos encontrando... así, sin más. Rompiste mis esquemas. Pensé en ti, como uno más; mi gran ERROR.


Hubo momentos en los que deseaba ser TU Díscola Princesa, lástima que la realidad fuese otra…
Mi querido Bennedetti, aunque la Princesa fue más canalla que el Pirata, aún le lleva en su corazón.