Se levantó a fumar…al abrir la puerta de la terraza la claridad de la calle se coló en la habitación, iluminando el negro cuerpo desnudo que destacaba en todo su esplendor sobre las sabanas blancas. El olor de aquella hembra excepcional parecía envolverle y mantenía esa atmósfera irreal que se había creado desde el mismo momento en el que se sentó frente a ella. Habían hecho el amor toda la noche. Dos cuerpos entrelazados, poseyéndose, fundiéndose en uno, devorándose salvajemente… Realmente había sido ella quien había tomado la iniciativa desde el primer momento. Fue ella quien sin decir palabra le guió hasta la habitación, le desnudó con caricias interminables y le poseyó con una pasión desbordante y la fuerza de su cuerpo perfecto.
Ahora observándola dormida, su rostro vuelto hacia él… no podía dejar de pensar que quizás, solo quizás, este era el final perfecto a su vida en África. Si, porqué no… Habían sido dos años. Dos largos años de penurias, de trabajo desagradecido y desagradable, de soledad, de lejanía. ¿Lejanía? … capaz que de una patria, unos amigos, una familia…un amor… Le habían ofrecido un trabajo de Oficial, la posibilidad de volver a ser un caballero de los mares. De olvidarse de ser una especie de corsario al servicio y por el beneficio de las grandes petroleras, para volver a vestir el uniforme, los galones, la sonrisa…de un verdadero marino. Navegar de nuevo…si, navegar de nuevo y por nuevos mares, o quién sabe…por mares conocidos y ya casi olvidados…
- ¿Cuando te vas?... Pronto, ¿No?
- Si, muy pronto…vuelo el sábado a Londres y después España…
- Lo sabía, siempre lo he temido…Pero a la vez me alegro por Ti.
- ¿Que quieres decir? El güisqui que se estaba sirviendo, era en ese momento más una necesidad que un simple placer.
- Cualquiera que sea lo que te trajo de nuevo a mi tierra…no era lo que venías buscando…
- Te he encontrado a Ti…
- Lo sé…pero no soy tan ingenua como para pensar que Yo seré capaz de retenerte aquí y mucho menos de borrar la melancolía que puedo leer tras esa mirada. Ni siquiera ese güisqui logrará devolverme el brillo que vi en ellos cuando te conocí… ¿Quién es ella? ¿Quién te espera allá?
- Nadie, ya no me espera…nadie. Hace unos meses te diría que me esperaba la mujer más increíble que nunca he visto, la más adorable, enigmática, interesante, ardiente… Hoy, que decir. Dicen que todos tenemos un gemelo viviendo en otro punto del planeta… puede que ella seas Tu. Puede que solo os diferencie el color de la piel…y el de los ojos. Unos color de la noche africana…los otros el color del mar en día de tormenta…
- ¿La amas? ¿Es por ella que te vas?
- No Morgana, ya no. Hace tiempo que la he perdido para siempre. Otro más listo se la ha llevado…si es que hay una posibilidad de llevarla…de tenerla…
- ¿Entonces?
- Simplemente no puedo más. No puedo seguir escondiéndome de mi mismo… no puedo seguir convenciéndome de que el dinero y el éxito profesional lo justifican todo. Tengo que volver a ser yo.
- Me vas a decir que no hay nada que valga la pena en este barco.
- Ahora mismo Brian estará sacando el pan del horno, Dan estará preparando la maquina para la salida. John tendrá la cafetera en el fuego y habrá repasado una y mil veces el plan de viaje. Los marineros estarán preparando la salida antes de irse a desayunar… Todos esperan a que yo, desde el puente, de la orden de partir… de volver otra vez a la mar… Claro que hay una y mil cosas que echaré de menos… pero es tarde ya… Debo partir…salir antes de que cambie la marea…
Suena Everybody´s talkin.... Harry Nilsson